22:32

Analisis Poetico : Elicura Chihualaf


La poesía de Elicura,  busca rescatar lo que es la cultura mapuche, la cual él conoció de primera fuente, ya que su infancia la vivió en una comunidad rural mapuche, en la que se mantenían prácticas como el fogón y los relatos orales de los mayores, lo que fue asimilado por él y ahora plasmado en sus obras.


ANTES DESAPARECIERON (A) NUESTROS
HERMANOS ONAS. MAPUCHES HERMANOS,
PARA NOSOTROS QUIEREN LO MISMO

Estamos aquí amigos, como pájaros que
no se ocultan
y son presa fácil para los cazadores
Sólo buscamos una última oportunidad
para tomar las riendas de nuestro destino
Estamos lejos porque nos han desterrado
pero nacen hijos que llevan nuestra sangre
con ellos volveremos, una tarde, al terruño
(¿no es acaso la tarde como la vejez
la hora en que el día y el hombre esperan
morir en paz?)
Sopla el viento sur, en un país extranjero,
y nos hace recordar
el olor de los canelos y arrayanes
que llenaban los pulmones
Sopla el viento sur y nos recuerda que
en las ciudades de Chile
hay muchos que nos discriminan y nos dan
los peores trabajos
(así ¿podemos poner otra vez la cara
para que nos golpeen?)
Del Este viene el viento, ha llegado
La hora de retornar
Beberemos muday, beberemos agua en las
vertientes.
Estamos aquí amigos, como pájaros que
no se ocultan
y son presa fácil para los cazadores
Elicura nos habla de una colectividad, pues en el otro hablaba de él como individuo y su sentimiento. Aquí, toma su palabra como representación de un colectivo, el pueblo mapuche, y nos expresa que ya no tienen miedo a ocultar sus raíces, aunque así sean presa fácil. Al decir cazadores nos remite a ese abuso que se hace de los mapuches por parte de la clase dominante.

Sólo buscamos una última oportunidad
para tomar las riendas de nuestro destino
Elicura expresa el deseo de los mapuches de ser “dueños de su destino” de volver a ser sus propios soberanos, así habla de ese disgusto de los mapuches de estar bajo el mando de un estado que nunca han sentido como suyo.

Estamos lejos porque nos han desterrado
El habla aquí del mapuche-urbano, de ese grupo de mapuches que están lejos de sus tierras, y dice “desterrado” pues no se fueron por voluntad propia, sino que debieron irse forzados por las condiciones a las que el estado chileno los sometió con la expropiación de tierras.

pero nacen hijos que llevan nuestra sangre
con ellos volveremos, una tarde, al terruño
Aquí el poeta expresa esa unión de pueblo que ahora va más allá del territorio, con estos versos podemos decir que los mapuches urbanos ya han dejado de sentirse diferentes por haber nacido lejos de tierras mapuches, sino que la sangre es lo que importa, y además, nos advierte que un día los descendientes volverán a ser dueños de las tierras que en un pasado fueron mapuche.

(¿no es acaso la tarde como la vejez
la hora en que el día y el hombre esperan
morir en paz?)
Creemos que quizás nos habla de la vejez, como el futuro del pueblo mapuche, como la vejez del pueblo mapuche. Cuando esté llegando al final esta historia, él tiene la esperanza de que todo será mejor y el pueblo mapuche descansará habiendo logrado ganar la lucha.

Sopla el viento sur, en un país extranjero,
y nos hace recordar
el olor de los canelos y arrayanes
que llenaban los pulmones
Recalca expresamente que no se siente chileno, y que para ellos es un país “extranjero” distinto de ellos. Y al estar en la ciudad recuerda, él representando al grupo que tuvo la suerte de nacer en tierra mapuche y luego hubo de irse, con melancolía ese pasado en tierras limpias, en la naturaleza. Con olor a canelos que llenaban los pulmones recalca ese problema en las ciudades que el aire huele a combustión y la contaminación es un contraste al mundo natural del que vienen.

Sopla el viento sur y nos recuerda que
en las ciudades de Chile
hay muchos que nos discriminan y nos dan
los peores trabajos
Estos versos son explícitos, principalmente en comparación con el poema anterior de Elicura. Aquí nos habla expresamente de la discriminación que siente el pueblo mapuche por parte del pueblo chileno, especialmente citadino. Además marca otro tema que es el de la falta de oportunidades laborales, forzándolos a tomar malos trabajos.

(así ¿podemos poner otra vez la cara
para que nos golpeen?)
Con esta pregunta, Elicura, marca la interrogante al resto ¿por qué deben seguir aceptando malos tratos?

Del Este viene el viento, ha llegado
La hora de retornar
Beberemos muday, beberemos agua en las
vertientes.
Elicura tiene todas las esperanzas y dice que es el momento de que los mapuches vuelvan a sus tierras, a realizar sus costumbres y convivir con la naturaleza.

 
22:19

Analisis Poetico : SALMO 1997 de DAVID AÑIÑIR


A Continuación analizaremos el poema "Salmo 1997" del Poeta Mapuche David Añiñir.
Este Poeta hace una poesía más descarnada, en la que relata su realidad de una manera cruda y con un lenguaje chocante, arisco. Sus relatos son en base a las vivencias de la periferia capitalina, sus personajes, situaciones cotidianas y problemáticas.
 SALMO 1997
A Simón

Padre nuestro que estas en el suelo
Putificado sea tu nombre
Vénganos de los que viven en los faldeos de La Reina
Y en Las Condes
Hágase señor tu unánime voluntad 

Así como lo hacen los fascistas en la tierra

-nuestra tierra - 

Y los pacos en la comisaria 

Danos hoy nuestro pan que nos quitan día a día 

Perdona nuestras verdades 

Así como nosotros condenamos
A quien no las entiende 

No nos dejes caer en esta invasión 

Y más líbranos del explotador.
Maaaaaaaaaaaammeeeeeéén
En el nombre del padre soltero 
Del hijo huérfano 
And the saint spirit. 

(Q.E.P.D.)

(Añiñir, D. (2005). Mapurbe. Extraído el 8 de Julio del 2010  desde   http://www.apatapela.org/spip.php?article50)

Verso a verso, podemos desentrañar la problemática que trazamos en nuestra pregunta inicial y el cómo se sientePn estos jóvenes mapuches urbanos a través de la representación de los poemas de este autor.
Padre nuestro que estás en el suelo
Al decir suelo, expresa que no ve como divinidad superior y no sigue al dios que propone la religion Católica, la cual fue traída por los españoles e impuesta al pueblo mapuche, que tenía ya sus propias creencias.

Putificado sea tu nombre
El cambio de dos sílabas en la primera palabra modifica radicalmente el significado de este verso, pasando de lo santo y puro, a lo inmoral, ya que se refiere a “puta”, es decir, prostituta, la que vende su cuerpo, lo que está vetado y considerado como pecado por la iglesia católica.

Vénganos de los que viven en los faldeos de La Reina
Y en Las Condes
Esto expresa claramente su descontento frente a las diferencias entre las clases sociales, ya que, en el lenguaje común, las comunas que nombra, siempre se utilizan para referirse a los lugares donde vive la gente con más ingresos en Santiago. Descontento que surge porque él pertenece a la clase baja, y vive en una comuna periférica, Cerro Navia, que es la antítesis de Las Condes.

Hágase señor tu unánime voluntad
Así como lo hacen los fascistas en la tierra

-nuestra tierra - 

Y los pacos en la comisaria 

Primero podemos ver que está comparando la voluntad del dios católico con los fascistas, y los equipara, dejándolos a un mismo nivel, y también incluye a la fuerza pública en el mismo juicio, queriendo decir, según nuestra interpretación, que las autoridades eclesiásticas y las fuerzas públicas, actúan de igual manera que los fascistas.
Y como segunda parte, él recalca “nuestra tierra”, expresando su apoyo a la lucha que se ha dado y se sigue dando, por parte del pueblo mapuche, con el gobierno chileno, por la expropiación de terrenos antes pertenecientes a ellos, y hoy pertenecientes a empresarios.

Danos hoy nuestro pan que nos quitan día a día
Creemos que este verso es bastante explícito y hace referencia a la mala distribución del dinero en la sociedad, lo que genera clases sociales separadas por una gran brecha económica. Y la mayoría de los mapuches urbanos se encuentran en las clases más bajas[1], de las que Añiñir es parte.
El que se refiera a un plural, “nos”, tiene que ver con la pertenencia a un colectivo que lucha por algo y el “quitan” sigue expresando su rabia contra quienes tienen más a costa del trabajo de ellos.

Perdona nuestras verdades
Ironiza y reafirma todo lo anteriormente dicho, como algo en lo que es la verdad.

Así como nosotros condenamos
A quien no las entiende 

Deja ver su posición confrontacional para tratar este tema. En que no acepta a quienes hacen oídos sordos a esta problemática

No nos dejes caer en esta invasión
Y más líbranos del explotador.
Aquí hace alusión al período de conquista y colonia, lo que fue el inicio de este conflicto, podemos inferir que quiere decirnos que la situación de invasión y explotación se da todavía, pero ahora por parte del gobierno, los medios de comunicación y las empresas.

Maaaaaaaaaaaammeeeeeéén
Al agregar la letra M a la palabra “amén”, ésta se transforma en “mamén”, que deriva de la palabra “mamón“ utilizada para denominar una práctica de sexo oral, burlándose así del mayor tabú de la religion católica, el sexo.


En el nombre del padre soltero 
Del hijo huérfano 
And the saint spirit. 

(Q.E.P.D.)
Aquí expresa problemas sociales que él vive en su entorno, ironizando con la figura de “familia tradicional” que presenta la iglesia católica.
Además culmina con una frase en inglés, lo que le da un toque de humor para cerrar, y que nosotras interpretamos como una muestra patente más del cruce de culturas en el que se ve inmerso.
Con la sigla final, se refiere a que la Santísima Trinidad, base fundamental de la religión católica, está muerta, por lo que reafirma su no creencia en aquella religión.


22:09

MAPURBE (fragmento audiovisual de Poema de David Añañir)

El siguiente video es un fragmento audiovisual del poema "MAPURBE" del poeta mapuche David Añañir. Fue realizador por los administradores de este blog de forma experimental y con todo el respeto que este artista se merece.

22:02

El Nombre Mapuche: Un sentido de Identidad

Institución y significación

Una de las características e importancias que ha desarrollado el lenguaje, bajo una concepción moderna, es su carácter normativo, o sea, la imposición de reglas, obligaciones y deberes que ejerce, basado en el sistema cultural en el que está inmerso.

En este sentido, el lenguaje responde y se genera en torno al concepto de institución, ya que es en las instituciones donde se aprende las normas y reglas que el lenguaje proclama. Esto trae como consecuencia que todo lo planteado por las instituciones sea tomado como verdadero, ya que es legitimado por la sociedad, es decir, es validado por los sujetos, lo que genera una hegemonía en lo que se plantea, pero también una cierta igualdad, una homogeneidad dentro de ella (aunque no por eso es necesariamente verídico).

Esta articulación social influye en el sentido antropológico del lenguaje ya que por medio de él se produce el reconocimiento. Por la articulación, el sujeto se reconoce a sí mismo y a sus pares, generando así el intercambio entre sujeto, “otro” y sociedad, intercambio que se hace evidente y que se explica en cuanto a su significado: Lo público, que tiene que ver con el rol que ocupa el sujeto en la sociedad y a los códigos comunes a los que responde para generar articulación; y lo privado, que tiene que ver más con la persona, con la singularidad que pueda generar, respondiendo al reconocimiento.

Bajo este contexto, plantemos el valor del nombre como elemento trascendental e influyente en la creación y formación de la identidad del sujeto.

Claro ejemplo de lo mencionado es el pueblo mapuche que le atribuyen al nombre una importancia que refleja parte de su historia como pueblo indígena, así como la influencia de la cosmovisión en su desarrollo como personas; pero también la problemática que significa el tratar de insertar sus nombres en una sociedad con normas distintas y las consecuencias negativas que esto genera.

Relación Mapuche-Naturaleza y Nombre-Naturaleza

Para el mapuche, al igual que para el conjunto de las naciones indígenas, este ente va más allá de una divinidad: La identidad de la etnia se construye en la conversación con el territorio del que es parte. Existen y coexisten con ella, de ella, para ella. De ésta cogen su alimento y su abrigo, con y para ésta trabajan, y rezan a ésta para cuidarles en su descanso: Está en una relación de igualdad con ella y con los seres vivos. Obran juntos en respeto. Más que un instrumento –pues no la controlan–, es una forma de vida.

En consecuencia, “la gente de la tierra”, que hace alusión a quienes reconocen pertenecer a aquel territorio, no tiene ese nombre sólo por cultivar y trabajar con el suelo fértil, sino por ser unos con él y con todas las criaturas que alguna vez le pertenecieron.

Un claro ejemplo de dicha relación de fraternidad es el ‘gijatun’: “Una manifestación cultural en el cual convergen y se conjugan diversos aspectos educativos del conocimiento mapuche, construido a través del tiempo” . Es una ceremonia “donde se hace presente la espiritualidad, el arte, el canto, las comidas, la lengua, el conocimiento, la unidad de las familias, ancianos, ancianas, adultos, jóvenes y niños y niñas así como de la vestimenta, la economía, la solidaridad y la territorialidad mapuche” .

El Gijatun simboliza la resistencia del pueblo mapuche ante los constantes procesos de asimilación cultural que ha generado el Estado chileno, constituyendo una de las expresiones más fundadas de la identidad cultural mapuche. Es un factor relevante para la educación intercultural en su contexto cultural, pues abarca el ámbito del conocimiento de la religión mapuche en el simbolismo de la ceremonia, de la formación de las personas y de la naturaleza. Lo que explica lo dicho anteriormente: El hombre estableció normas y pautas de conductas frente a la naturaleza con el objeto de mantener el equilibrio y continuar su relación de armonía y reciprocidad con ésta y con la comunidad, debido a su utilidad como también a no encontrarse solo en el llano, pues existían dueños (‘gen’) que hacían posible su permanencia y subsistencia; Éstas se deben respetar y actuar de acuerdo a lo que se establece.

El Gijatun es, entonces, donde se defiende la identidad del pueblo, de la comunidad mapuche en general donde, por medio, del rito en convivencia con la naturaleza.

Esto da cuenta de que el nombre mapuche expresa más que la estirpe. “Su significado se materializa y anima, es la marca y divisa, blasón y símbolo representativo. Es el ser tutelar de la estirpe y sus miembros. Es su apellido, pero además simboliza la alianza con el espíritu del antepasado y el que originó el linaje (‘pillán’), que a su vez sobre vigila y defiende a sus miembros” . El vínculo establecido por sus antepasados es lo que direcciona su contacto con la naturaleza y define con qué deben relacionarse e identificarse. La relación que posee, entonces, esta naturaleza con el nombre mapuche es simple: Al estar presente en todo aspecto de su vida, lo está también en su identidad. La significación de cada nombre en ‘mapudungun’ tiene una analogía con un elemento de la naturaleza, ya sea el nombre propio o el nombre que le dan a sus grupos (mapuche significando, como ya está dicho, “gente de la tierra”). En el caso de un ser vivo, de un acontecimiento, entre otros, se le protege y venera, se le trabaja y vela.

Cultura mapuche dentro de la modernidad




La modernidad nace con la interacción o diferencia respecto del hombre con la naturaleza cuando éste le entrega conciencia, transformándola en instrumento y dándole una nueva función, dándose cuenta que “tiene” poder para destruir y construir su propia realidad. La modernidad actúa como separación del pasado: Se deja de lado todo en lo que se creía para pasar a planear el futuro, a aportar un orden fundamental para vivir, normas se establecen y se accionan, relaciones sociales se estructuran, instituciones se conforman, se crea la teoría del tiempo, para pensar en cómo escapar de él. ¿Cómo, entonces, entra la cultura mapuche, siendo que la naturaleza, eje donde aquella cultura y creencia gira, fue desechada como ideal?

La cultura mapuche choca contra la modernidad porque ésta, en resumen, cambia. Está sujeta a modificarse de acuerdo a lo que pueda pasar en un futuro, olvida la preocupación por el pasado y la definición de lo que viene respecto de éste, que es, en otras palabras, de lo que trata la tradición en la que se basan la mayoría de las culturas indígenas, los mapuches siendo relevantes en el contexto de este trabajo. Se separa de la naturaleza para ser distinto a ella y así salir del círculo que intenta recrearla para sólo lograr una copia de un fragmento de lo que puede ser. La naturaleza se convirtió en incertidumbre: La seguridad de tener un pasado fundamentado en tradiciones y rituales pasó a plano inferior. En la modernidad, se busca la creación de un objeto que pueda mantener el sentido más allá de sus creadores, que pueda sustituir los cuerpos existentes y trascender; La idea central de la modernidad, desde el siglo XIX, es abandonar la naturaleza para reproducir la realidad; la ruptura del canon, el modelo autoritario a seguir.

Todo esto significa que, como la modernidad choca contra la naturaleza, choca a su vez contra los principios culturales y los ideales de los mapuches, y, por tanto, con la construcción de su identidad, o sea, su nombre, relacionado con los elementos que le rodean. 

Característica cultural

A partir de lo investigado y de haber puesto énfasis en el nombre como un reflejo radical dentro de la cultura mapuche, queremos abordar en esta conclusión el valor que tiene el nombre como fuente inmensa de sentido para este grupo humano.

Sabemos que el nombre en los mapuches es un instrumento importante al momento de comunicarse, de utilizar un lenguaje determinado para entenderse y intercambiar ideas; en este caso, el nombre funciona también como un administrador de sentido, es decir, el nombre es una especie de condensación de las creencias y de la profunda tradición que une a los mapuches tanto con sus antepasados como con la Tierra. Es por eso que nos atrevemos a plantear que el nombre administra un sentido específico.

Ahora, ¿cuál es este sentido específico? Si el sentido se define como una correspondencia entre lo que la existencia es y lo que se hace con ella, podemos establecer que el mapuche ve en el nombre un proyecto que se acompaña intrínsicamente con un deseo y un objetivo. Se apela entonces a una finalidad que se expresa en el sentido: El sujeto, al poner un cierto nombre, al identificarse con una representación, alude a la capacidad misma de usar un lenguaje propio que mantenga viva una tradición y un estilo de vida, que, al mismo tiempo, garantiza que, al darse cuenta de la importancia del nombre, transmite una información precisa, está siendo parte de una función que se cumple y al mismo tiempo se va a cumplir. Así el “sentido” es uno de los pilares de la importancia de la cualidad del nombre como referente en la construcción de la identidad.

Siguiendo con este tema, la identidad del sujeto mapuche está basándose simultáneamente entre un autoreconocimiento que involucra la funcionalidad de un lenguaje que se hace propio y un reconocimiento por medio de la alteridad al querer transmitir una cierta información que, de todos modos, es fundamental para la mantención de una cultura colectiva que se legitime casi automáticamente por los miembros de la comunidad.

Así es como nos adentramos ahora al tema de la cultura en función de su capacidad de producir sentido, el nombre en el caso de los mapuches se ve así enfrascado en una tarea que tiene como principal eje la administración social de una finalidad que pretende ser común. Podemos decir que este objetivo es la memoria, el anhelo de una trascendencia en el tiempo, prolongar la vida, porque para el mapuche la vida está en la Tierra; en consecuencia de esto, vimos ya como los nombres se componían de una infinitud de signos que nos hablan de un fenómeno, o por decirlo de alguna manera, de una vida llena de manifestaciones en las que los elementos naturales son los principales protagonistas.

La identidad entonces se construye de una forma predeterminada por una cultura que claramente quiere recordarle al sujeto mapuche quién es y cual es su sentido en esta vida. La existencia no está flotando en un espacio abierto y vulnerable; la existencia tiene que hacer algo, tiene una finalidad, el mapuche tiene que elaborar algo con ella, y aquello se logra mediante la producción de un lenguaje común que es muestra fehaciente de su sentido.

Pero este sentido, que visto desde un punto de vista más clásico sería la gran conexión del mapuche entre su existencia y su cultura, se cuestiona al ver que esta administración ideal es de algún modo atormentada al entrar en una cultura que produce y administra otro tipo de sentido, como lo es la cultura moderna.

En el análisis, expusimos como los mapuche han tendido que luchar en medio de la
modernidad, un espacio distinto, para poder mantener su nombre, y lo más importante, el valor que este tiene lo que nos lleva una vez más a pensar en el nombre como un factor ineludible en el momento en que hablamos de identidad y auto reconocimiento. El sujeto moderno ve en el lenguaje la posibilidad de fabricar un orden y con esto una estructura normativa que sumerge al individuo en una institución determinada, la cultura moderna entonces produce un sentido distinto al de los mapuche, un sentido que pretende llegar a un final productivo, el que el hombre asume que posee dicho poder para definir los elementos que lo rodean, entre esos, el tiempo.

Es en este momento cuando se nos presenta una de las grandes problemáticas en un marco cultural, donde el mapuche entra a una esfera moderna se transforma en un sujeto que debe lidiar con distintas producciones de sentido donde el choque se produce al querer aceptar un lenguaje en el que el tiempo es netamente acompañado de una memoria que recuerda los antepasados y su sabiduría, mientras que viven inmersos en una modernidad que asume su discurso como una ayuda importante al afán de administrar el tiempo, de querer de alguna forma manejarlo y producirlo.

Concluimos entonces que la importancia valorativa del nombre en la cultura como administradora y a la vez productora de sentido, radica principalmente en el cambio que la sociedad mapuche sufre al momento en que se ve expuesta a un mundo que en cierta medida legitima su “estilo de vida”, pero que a la vez traza drásticamente las líneas de una modernidad realmente anhelada; modernidad que en su proyecto se diferencia tajantemente al del mapuche en cuanto al qué se quiere lograr con la existencia, con lo que se hace y se dice día a día.

En definitiva, el nombre mapuche nos refleja este sentimiento dividido. El nombré está, tiene un significado, pertenece al deseo de un sentido determinado es la conciencia de una cultura que se quiere mantener viva. Es en el nombre donde el mapuche ve su primera fuente innegable de identidad, está registrado, pero finalmente es él quien, muchas veces afectado por un incipiente sentimiento moderno, decide replantearse y así insertarse en un nuevo sistema normativo, en otra institución, lugar en que este nombre será a lo más la representación de una persona, de un físico, y no de un sentido, que al parecer se hace más vulnerable en nuestros días.


CELESTE MUÑOZ